Quizás, en algún momento, sientas que has perdido esa chispa para entrenar y te cueste volver a encontrar la motivación. Y entonces te dices a ti mismo: “Tengo que entrenar, debo ir a entrenar”.
A veces, simplemente estás cansado. Solo quieres descansar, pero te obligas a salir y entrenar de todos modos.
Esta falta de motivación deportiva, en ocasiones, puede llevar a lesiones recurrentes. Incluso podrías notar una sensación de fatiga crónica que no desaparece.
Hoy vamos a hablar precisamente de esto:
- el origen de esa pérdida de motivación deportiva;
- y cómo prevenirla y encontrar soluciones.
El concepto de motivación: ¿qué es?
Para empezar, debes saber que existen:
- la motivación intrínseca;
- y la motivación extrínseca.
La motivación intrínseca
En la Academia del Alto Rendimiento, preferimos hablar de “inspiración”. Si miramos la etimología de la palabra motivación, viene de motif y movere. Movere significa movimiento.
Por lo tanto, podemos entender la motivación como un motivo que nos impulsa a movernos. La motivación intrínseca se refiere a esos motivos internos que nos permiten mantenernos en acción. Y a esta motivación intrínseca la llamamos “inspiración”.
Cuando estamos conectados con nuestra motivación intrínseca, sabemos de forma intuitiva:
- si es momento de descansar;
- o si debemos entrenar.
Sin embargo, puede que a veces te digas: “Tengo que entrenar sí o sí”. Pero, en el fondo, sabes que lo mejor sería descansar. Aun así, por miedo a no rendir lo suficiente en las competiciones, decides entrenar de todas formas.
Y ahí es cuando aparece un claro indicio de que estás perdiendo tu motivación intrínseca.
La motivación extrínseca
La motivación extrínseca es aquella que proviene del exterior. Es decir, es una motivación que surge de alguien o algo que ponemos en un pedestal, normalmente una figura de autoridad.
Por ejemplo, si crees que alcanzar tu objetivo te dará más valor del que ya tienes, pensarás: “Venga, tengo que entrenar porque quiero alcanzar ese objetivo”.
En la Academia, a veces nos encontramos con deportistas que están agotados porque han comenzado a:
- perder la motivación;
- y a forzar más de la cuenta.
En esos casos, les preguntamos cosas como: “¿A qué le tienes miedo?”. Y la respuesta más común es: “La verdad, si no alcanzo mi objetivo, será como el fin del mundo para mí”. Esto les lleva a pensar: “Tengo que entrenar para lograrlo, no hay otra opción”.
Si quieres más detalles sobre nuestra metodología, puedes visitar la página sobre despolarización mental.
Además, la motivación extrínseca también puede estar ligada a:
- obtener un estatus social;
- o agradar a amigos y familiares.
Ilustración de la motivación
En mis comienzos, tuve el caso de una mujer que practicaba un deporte de raqueta individual. Entrenaba intensamente y siempre se repetía: *”Tengo que entrenar, tengo que conseguirlo”*.
Cuando empezamos a profundizar más y más, descubrimos que lo que realmente buscaba era demostrar a los demás que era capaz de hacer algo. En realidad, entrenaba únicamente para demostrar su valía frente a los demás.
Cuando logramos que se centrara en sus verdaderos valores, se dio cuenta de que, en el fondo, su prioridad era cuidar de sus hijos, mucho más que el deporte. A partir de ahí, pudo soltar esa carga y enfocarse en lo que realmente era importante para ella.
Diferencias entre motivación intrínseca y motivación extrínseca
La motivación extrínseca se reconoce fácilmente cuando:
- te dices a ti mismo: “Tengo que hacer esto” o “Debo hacer aquello”;
- y notas que te estás obligando a hacer algo.
- avanzas hacia las cosas;
- y que, al mismo tiempo, ellas llegan hacia ti con la misma naturalidad.
Con la motivación extrínseca, sin embargo, estamos forzando. Nada se siente natural, y eso puede afectar directamente nuestra capacidad de mantenernos motivados.
En estos casos, lo que ocurre es que hemos dejado que los valores de otros influyan sobre nosotros. Es como si hubiéramos aceptado un sistema de valores ajeno que nos imponen las personas a nuestro alrededor.
En nuestro artículo Trabajar la mentalidad deportiva, explicamos cómo desarrollar rápidamente una mentalidad fuerte para deportistas. ¡Échale un vistazo si te interesa!
¿Qué ocurre cuando la motivación es extrínseca?
Con la motivación extrínseca, nos imponemos limitaciones externas que nos hacen actuar bajo presión. En estos casos, cuando no logramos lo que queremos, suelen aparecer:
- un sentimiento de impotencia;
- y una sensación de culpa que nos paraliza y nos mantiene en la inacción.
Esto nos bloquea completamente, y el riesgo de seguir atrapados en este patrón es llegar, simplemente, al burnout.
Trabajamos con una deportista de alto nivel que estaba al límite, completamente agotada. ¿Por qué? Porque sentía una presión enorme de parte del equipo de Francia. Esa presión la estaba llevando al borde del llamado burnout o agotamiento mental y también a una disminución notable de su rendimiento deportivo.
- no solo recuperó su poder personal;
- sino que también volvió a tomar acción.
No importaba que los responsables del equipo no estuvieran de acuerdo con sus decisiones, ella se mantuvo firme en:
- lo que realmente quería hacer;
- lo que su corazón le decía que era lo correcto.
¿Por qué pierden la motivación los deportistas profesionales?
¿Objetivos demasiado ambiciosos al principio?
No creemos que exista un objetivo demasiado ambicioso al principio. ¿Por qué? Porque en la palabra “ambicioso” ya está implícita la idea de tener el deseo de llegar lejos.
Sin embargo, si el objetivo parece enorme, como una montaña gigantesca, puede convertirse en un verdadero obstáculo. Cuando el objetivo es tan inmenso, perdemos de vista nuestro progreso diario.
- pueda percibir su evolución;
- o sentirse avanzando hacia algo.
Una despolarización sobre el objetivo
Lo realmente importante es que, con cada deportista que sueña, por ejemplo, con ir a los Juegos Olímpicos, realizamos una despolarización del objetivo. Esto nos permite bajar ese objetivo del pedestal.
En ese momento, los deportistas comprenden que, con o sin alcanzar su meta, no serán ni mejores ni peores. Y eso es crucial, porque el valor como deportista no depende de lograr o no lograr un objetivo.
- quién estamos siendo en el proceso, en lugar de obsesionarnos con la meta;
- qué nos permite este objetivo en términos de crecimiento personal;
- y los pequeños avances, dividiendo el objetivo en bloques manejables.
Por ejemplo, con un deportista que desea ir a los Juegos Olímpicos, desglosamos su meta en pequeños pasos, como las competiciones menores que deberá afrontar antes de los Juegos.
De esta manera, sabe que cada competición pequeña será simplemente un feedback. Le mostrará dónde se encuentra en relación con su gran objetivo, los Juegos Olímpicos.
Una vez más, no creemos que existan metas demasiado ambiciosas. Es fundamental no limitarse a la hora de fijar objetivos.
Sin embargo, también es esencial desapegarse del hecho de alcanzarlos o no. Esto nos permite:
- mantener la inspiración para seguir entrenando;
- y enfocarnos en quién estamos siendo durante el camino.
Mala gestión del estrés
El estrés puede ser inmenso y completamente incontrolable en dos situaciones clave:
- cuando creemos que nuestro objetivo es demasiado grande y que nunca lo alcanzaremos;
- y cuando hemos vinculado nuestra identidad al logro de ese objetivo.
El estrés puede ser positivo, pero solo cuando nace del deseo de superarnos y no del miedo al fracaso.
Un ejemplo claro es el de una atleta que fue cinco veces campeona mundial de kárate. Durante su camino hacia las clasificaciones de los Juegos Olímpicos, comenzó a sentir una enorme presión. Llegó al punto de decir: “No lo voy a lograr, voy a arruinar mi vida”.
En este caso, el estrés se volvió negativo porque estaba basado en el miedo a no alcanzar la meta. Incluso llegó a admitir que su miedo al fracaso era más fuerte que su deseo de triunfar.
Aquí es donde entra en juego nuestra técnica de despolarización. Al bajar el objetivo del pedestal, logró reenfocarse en quién estaba siendo durante el proceso y en su inspiración personal. Y con eso, el estrés desapareció.
Gracias a esto, se permitió entrenar menos, retomó su trabajo a tiempo parcial que había dejado, y consiguió un equilibrio perfecto en su vida. Esto la ayudó a:
- sentirse bien consigo misma;
- y mantener la motivación necesaria para entrenar con ganas.
Deficiente coaching deportivo o falta de el
Desde pequeños, no aprendemos a hacer despolarizaciones, ni nos enseñan cómo funcionan estas dinámicas internas. Por eso, es natural que caigamos en la ilusión de la pérdida y el logro.
Cuando esto sucede, nuestra motivación puede disminuir si pensamos: “Nunca alcanzaré mi objetivo. Es imposible”.
Lo mismo ocurre si nos repetimos constantemente frases como:
- Tengo que entrenar más;
- Debo hacer esto.
Con este enfoque, dejamos de estar conectados con nosotros mismos. Poco a poco, perdemos nuestra motivación intrínseca.
¿Es esto simplemente falta de coaching deportivo? Nosotros creemos que va más allá: es un problema de falta de educación desde la infancia.
Sabríamos tomar decisiones basadas en nuestra esencia, sin sobrevalorarnos ni infravalorarnos. Esto nos permitiría:
- estar conectados con nuestras prioridades internas;
- y alinearnos con nuestra misión personal.
Derrotas sucesivas
Es natural que, en algún momento, la motivación disminuya, especialmente cuando:
- nos enfocamos únicamente en los resultados;
- entrenamos sin descanso;
- y, a pesar de todo, seguimos perdiendo una y otra vez.
En esos momentos, es crucial detenerse y preguntarse: ¿Es realmente el deporte una prioridad para mí ahora mismo? ¿O tal vez otras cosas tienen más importancia en este momento?, como por ejemplo:
- la familia;
- el trabajo;
- los estudios;
- los amigos;
- el aprendizaje de algo nuevo;
- la fotografía;
- o cualquier otra pasión.
La fatiga mental
Cuando nos falta motivación o la perdemos, combatir la fatiga mental se convierte en un desafío enorme. ¿Por qué? Porque, como mencionamos antes, nos encontramos en una lucha constante. Estamos forzándonos para alcanzar algo, y esa batalla interna nos desgasta.
La fatiga mental surge porque nuestro sistema nervioso, que opera de forma inconsciente, está continuamente trabajando. Es el encargado de:
- hacer que nuestro corazón lata;
- permitirnos respirar;
- gestionar nuestra digestión;
- y regular nuestra temperatura corporal.
Todo esto ocurre de manera automática.
- tratamos de motivarnos repitiéndonos: “tengo que” o “debo”;
- y forzamos constantemente nuestras acciones.
Esto sucede porque estamos luchando contra nuestras propias fuerzas internas.
Sin embargo, tras realizar algunas despolarizaciones, los deportistas que acompañamos en la Academia del Alto Rendimiento logran recuperar:
- su bienestar mental;
- su claridad;
- y su objetividad.
Así, recobran la energía necesaria para superar sus límites y reconectarse consigo mismos de forma auténtica.
Si quieres profundizar en este tema, te invitamos a leer nuestro artículo sobre fatiga mental en el deporte.
El olvido del placer en el deporte
El placer, y en particular el entusiasmo (que etimológicamente significa “tener a Dios dentro”), es el verdadero combustible. Es nuestra energía.
Si, por centrarme demasiado en el en-ju-e (el resultado), pierdo el ju-e (la diversión), entonces el placer desaparece. En ese momento, olvido por qué empecé a practicar deporte en primer lugar: para disfrutar.
A los deportistas, el día antes de una competición, siempre les recordamos:
- “Pase lo que pase, disfruta.”
- “Pase lo que pase, ¡diviértete!”
El sobreentrenamiento
Hay entrenadores y coaches que no han sido formados en los principios que compartimos en este artículo. Por lo tanto, con su grupo de deportistas, suelen insistir en entrenar incluso cuando algún deportista está fatigado, llegando a forzarlos a continuar.
Es complejo encontrar ese equilibrio sutil, ese punto medio entre:
- la necesidad genuina de entrenar y superarse;
- y el riesgo del sobreentrenamiento.
Hemos observado que, en ocasiones, los deportistas se obligan a practicar una disciplina que no disfrutan. ¿Por qué? Porque su entrenador se los ha impuesto.
Te invitamos a leer nuestro artículo sobre coaching mental deportivo para profundizar en estos aspectos esenciales.
Un caso reciente ilustra este problema: trabajamos con un atleta que entrenaba en bicicleta de montaña, aunque realmente prefería correr. Una vez más, esto demuestra cómo se pierde la noción del placer en el deporte. Obligarse a hacer algo que no gusta conduce inevitablemente al sobreentrenamiento.
Recientemente, trabajamos con una atleta de nivel internacional. Durante su sesión, detectamos que estaba en sobreentrenamiento.
Al preguntarle: “¿Cuál es tu diálogo interno? ¿Te dices cosas como ‘tengo que’ o ‘debo’?”, respondió: “Pues sí”. Tras algunas sesiones de despolarización, logró:
- permitirse descansar;
- reducir ligeramente sus entrenamientos;
- y mejorar su rendimiento.
La presión mediática
La presión médiática es una de las formas más comunes de motivación externa que afecta a los atletas. Muchas veces, el deseo de ganar o el miedo a perder se alimentan de la preocupación por lo que dirán los medios. Y, como sabemos, los medios no suelen ser indulgentes con los deportistas.
Un ejemplo claro lo encontramos en un artículo publicado por la revista L’Équipe sobre una deportista que hemos acompañado. Tras una mala actuación en la primera carrera de los Juegos Olímpicos, titularon: “Los franceses fuera del juego”.
Sin embargo, este tipo de juicios no considera que:
- esa fue solo la primera carrera de la temporada;
- el rendimiento se construye a lo largo del tiempo, no en un solo evento.
En este caso, el resultado inicial no fue un fracaso, sino una oportunidad. La atleta aprovechó esa experiencia para:
- reenfocarse y mejorar durante el resto de la temporada;
- conseguir una medalla en los mismos Juegos Olímpicos.
Este fenómeno lo vemos también en otros deportes, como el fútbol. Mientras los jugadores compiten, miles de aficionados los critican desde la comodidad de las gradas o sus casas, con un bol de palomitas en la mano.
- De un lado están los 22 jugadores que realmente participan activamente en el campo.
- Del otro, los 50,000 espectadores que observan y opinan sin experimentar la presión de jugar.
Criticar es fácil desde fuera del terreno de juego. Pocas personas están dispuestas a ponerse en los zapatos del deportista para entender su realidad y los desafíos que enfrentan antes de emitir juicios.
Explora en nuestro artículo nuestras soluciones para gestionar la presión en competición
¿Por qué pierden la motivación los deportistas profesionales? | |
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¿Cómo se anima a un deportista?
Recurrir a un coach deportivo mental cualificado
En la Academia del Alto Rendimiento, ya estamos bastante acostumbrados a trabajar con más de 350 deportistas. Lo interesante es que son ellos mismos quienes se acercan a nosotros. Es raro que sean sus equipos o entrenadores quienes los envíen.
En ese momento, es cuando realmente es importante contar con un entrenador mental cualificado. Para eso, tenemos el programa “Identidad Ganadora”, que es ideal para cualquier deportista que quiera liberarse y rendir con fluidez.
La Academia del Alto Rendimiento, hoy en día, es fruto de años de investigación y desarrollo para crear la despolarización. Este método innovador ya ha ayudado a varios deportistas a:
- ganar una medalla olímpica;
- convertirse en campeones del mundo;
- y superar sus récords personales.
Y todo esto lo han logrado con inspiración, diversión y entusiasmo en su deporte.
Si te preguntas cómo convertirte en coach deportivo, puedes consultar el artículo para descubrirlo.
Analizar cada derrota y fijar nuevos objetivos
Es importante desprenderse de cada derrota que hemos sufrido. Hay que decirse a uno mismo: “Puede que haya fallado en la competición, pero sigo siendo una persona excelente”. Ahí tienes el primer paso.
Y luego, en la Academia del Alto Rendimiento, en uno de nuestros primeros vídeos, vamos a analizar todo esto de manera muy detallada. Esto nos permitirá ver:
- Qué puntos específicos se pueden mejorar;
- Y en qué aspectos te vas a centrar porque te inspira mejorar en ellos.
Formación y sensibilización del personal y las personas cercanas al deportista
Lo que hacemos en la Academia del Alto Rendimiento, muchos atletas lo aplican. Sin embargo, me dicen: “Pierre, lo que veo contigo, lo que he aprendido contigo me es súper útil, pero al final mi equipo y mis seres queridos me presionan mucho y tienen muchas expectativas sobre mí”.
Por eso, también vamos a enseñar a los deportistas a desprenderse de lo que los demás esperan de ellos. Que quieran lo mejor para nosotros, que deseen que rindamos al máximo, es natural, es normal, cada uno con su presión. Sin embargo, es al atleta a quien le corresponde centrarse en sí mismo.
¿Por qué? Porque los cercanos y el equipo no siempre tienen la educación ni la comprensión de:
- Cómo funciona el ser humano;
- Cuáles son las leyes universales que permiten el rendimiento con bienestar;
- Y no a costa del deportista para poder avanzar.
Así que puedes:
- Compartir este contenido con tu equipo o tus seres queridos;
- Y decirles que lean estos artículos.
Varía tus entrenamientos para romper rutinas
La necesidad de variar los entrenamientos o no realmente depende de cada deportista. ¿Tienes un perfil de deportista que disfruta de las rutinas? Pues en ese caso, genial, puedes seguir con las rutinas. Sin embargo, otros pueden necesitar entrenamientos más variados.
Por ejemplo, en Tailandia, yo pasé varios meses en campos de boxeo. Y allí, era algo cultural.
Todos los días, seis días a la semana, prácticamente eran los mismos entrenamientos durante todo el año. Tenían rutinas de varias semanas de entrenamiento, luego un combate y descanso.
Después, los boxeadores tailandeses tal vez estarían contentos de tener algo más variado. Pero, en cualquier caso, es parte de su cultura.
Teníamos una atleta que, durante el confinamiento, tenía programas de entrenamiento que hacer. Y a ella, eso no le inspiraba nada. Lo que realmente le inspiraba era hacer CrossFit, que no tenía nada que ver con su deporte.
Le preguntamos: “Según tú, ¿tiene el mismo efecto que lo que te propone el entrenador?” Y ella me respondió: “¡Sí, totalmente, tiene el mismo efecto!”
Entonces le dijimos: “Pues haz ese deporte si te inspira”.
Así que es a ti:
- Saber qué es lo que te inspira;
- Y ver si eso tiene la misma eficacia en términos de resultados en competición.
Recordar a los deportistas la importancia de divertirse
Por supuesto, esto es algo que ya hemos mencionado antes. El placer implica entusiasmo, que, etimológicamente, significa “Dios está dentro”. Es realmente el aliento, y ese aliento es el combustible.
Puedes pensar en el placer como el combustible, como la gasolina que impulsa todo. Se trata, entonces, de regresar constantemente a la base, que es disfrutar. Verás que, de forma natural, las performances serán mucho mejores cuando un deportista disfruta, en lugar de cuando está forzando.
También puedes consultar nuestro artículo sobre la psicología del deporte para aprender más.
Burn-out: fracaso y falta de motivación en el deporte
¿Qué es el burn-out en el deporte?
El burn-out en el deporte es simplemente cuando no nos escuchamos. Un ser humano se dirige hacia el burn-out (se quema) cuando está forzando, es decir, cuando:
- Lucha contra sí mismo;
- Lucha contra su parte inconsciente;
- Lucha contra la fuerza que lo hace digerir, respirar (hacer latir su corazón), regular su temperatura corporal y, en resumen, vivir.
Así que, en cuanto nos sacrificamos por nuestro objetivo, nos exponemos al riesgo de un burn-out. Esto hace que el cuerpo se sature y diga basta. Se rompe simplemente para pedirnos que volvamos a enfocarnos y reconectemos con quienes realmente somos.
De hecho, puedes consultar el artículo sobre el fracaso deportivo para aprender más sobre este tema.
¿Cómo evitar el burn-out en el deporte?
Planificar bien el entrenamiento
Es fundamental escucharse a uno mismo antes de planificar bien tu entrenamiento. Visualízate haciendo estos entrenamientos durante todo el año y pregúntate:
- ¿Estoy al menos a un 8 sobre 10 en bienestar?
- ¿Estoy al menos a un 8 sobre 10 en deseo?
- ¿Estoy al menos a un 8 sobre 10 seguro de que esto es bueno para mí?
Cuando haces esto, podrás:
- Planificar bien tus entrenamientos.
- Incluir las fases de recuperación en tu planificación.
Planificar las fases de recuperación
El caso de un deportista de la Academia
Recuerdo que con un deportista de alto nivel, cogimos su agenda. Y durante seis meses, solo tenía un día de descanso.
Lo que hicimos para él fue poner en su calendario:
- Días de entrenamiento;
- Días de descanso.
Nuestro objetivo era que él entendiera que el descanso forma parte del entrenamiento. ¿Por qué? Porque para muchos, el descanso significa no hacer nada.
Así que, para descansar, en lugar de hacer otro deporte, montaba en bicicleta. Se iba a ver las plantas, mirando al cielo, y eso le daba nuevos impulsos de creatividad y lo conectaba consigo mismo. Después, estaba listo para retomar su deporte con todo.
A veces, puede ser solo un día en la playa o en la montaña. No importa, pero ese día puede ser tan enriquecedor para volver a la acción.
Verás que, naturalmente, cuando estás inspirado y conectado contigo mismo, la motivación regresa por sí sola. Cuando estás conectado con quién eres, el cuerpo tiene ganas de ponerse en marcha.
Así que, a veces, el descanso puede ser un día, dos días, tres días o incluso una semana.
El caso de otro deportista de la Academia
Teníamos un atleta que empezaba a sentirse un poco cansado. Era justo antes de una competición. Normalmente, habría seguido entrenando. Entonces le preguntamos: “¿Te das cuenta de que ya estás listo y que tres días más de entrenamiento no van a servir de nada?” Y él dijo: “Sí, claramente.”
Así que se permitió tomar tres días completos de recuperación, algo que nunca había hecho en su vida. Cuando volvió después de una lesión, retomó su título de campeón de Francia.
En la Academia del Alto Rendimiento, preferimos tener:
- Un deportista que esté al 100% preparado mentalmente y al 90% físicamente;
- Que un deportista que esté al 90% preparado mentalmente y al 100% físicamente.
Anticipar los signos del sobreentrenamiento
Sé muy atento a tu diálogo interno, del tipo:
- Tengo que entrenar.
- Debo entrenar.
- Si no entreno, no voy a estar a la altura.
Tan pronto como escuches estos miedos, empezarás a sobreentrenarte. Así que, evita entrenar por miedo a no estar a la altura, cuando en el fondo sabes que lo mejor para ti sería descansar durante un día, medio día o incluso tres o cuatro días.
Si persistes en entrenar, corres el riesgo de sufrir un burn-out. ¿Por qué? Porque te estarás sobreentrenando y, una vez más, estarás luchando contra la fuerza que hay dentro de ti.
Y la mejor elección para rendir de forma natural es unirte al programa Identidad Ganadora. Así te unirás a cientos de deportistas:
- Que hoy en día han seguido nuestro programa,
- Y que han rendido al más alto nivel, disfrutando tanto en la competición como en el entrenamiento.
¡Y hasta aquí hemos llegado, al final de este artículo!
Ahora, si quieres:
- – Desarrollar una identidad de Campeón
- – Liberarte definitivamente del miedo al fracaso y del juicio de los demás
- – Ganar en confianza y serenidad
- – Batir tus récords personales
Entonces, te invito a reservar una cita con uno de los coaches en despolarización de la Academia para que podamos hacer un análisis completamente personalizado y gratuito.
Este análisis te permitirá ganar claridad y recibir un plan de acción preciso adaptado a TU persona y TUS necesidades.
Y recuerda:
Lo importante no es lo que haces, sino la persona en quién te conviertes.
El Equipo de la Academia del Alto Rendimiento.
Referencias
https://www.intechopen.com/chapters/78380
https://believeperform.com/link-motivation-athlete-burnout-2/
https://onlinemasters.ohio.edu/blog/6-tips-for-motivating-young-athletes/
https://www.stack.com/a/12-ways-to-motivate-and-encourage-athletes-as-a-coach/
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/PMC3990905/
https://www.wenzelcoaching.com/blog/how-to-recognize-burnout-sport-regain-passion/
http://broadviewpsychology.com/athletes-and-motivation-during-a-pandemic/
https://www.podiumsportsjournal.com/motivation-in-sport-discovering-your-reason/